Acabo de terminar de leer un libro muy recomendado: "La isla de los 5 faros", de Ferrán Ramón-Cortés. Se centra en el proceso de comunicación y nos deja, al final del libro, cinco claves a tener en cuenta (muy en cuenta) en nuestra labor como educador@s y como personas:
- Un único mensaje... Nos comunicamos para transmitir una idea. Y nosotros debemos ser los primeros en tenerlo claro. Antes de cada comunicación, tenemos que pensar qué es exactamente lo que queremos decir. Tenemos que poder escribirlo en una sola frase, una frase que debemos tener presente en todo momento. Cuando queremos decir demasiadas cosas corremos el riesgo de que ninguna llegue con claridad. Esto no significa que nos limitemos a exponer una única idea. Significa que el resto de explicaciones tienen que estar a su servicio.Y no es suficiente con tener una única idea. Además tiene que ser valiosa. Grande. Original. Debemos ofrecer algo especial. Los faros brillan en medio de la noche con un único mensaje. Nosotros podemos brillar con una única idea, valiosa, que sea recibida por la gente que nos escucha como un verdadero regalo.
- ... contar de forma memorable ... Nuestro mensaje compite con la infinidad de otros mensajes que todos recibimos a diario. Para que recuerden el nuestro tenemos que hacerlo especialmente interesante. Y esto puede conseguirse a través de las historias. Las historias se personalizan, toman multitud de significados. Utiliza tu creatividad. Los faros iluminan con una luz peculiar, que sobresale por encima de las demás. Nosotros podemos hacer sobresalir nuestra idea a través de una historia, una metáfora, una anécdota...
- ... con un lenguaje que conecte ... El lenguaje que escojamos para comunicarnos dependerá de aquellos a quienes va dirigido el mensaje, no de nosotros. Escoger el lenguaje según nuestros interlocutores ya de por sí significa algo: que hemos pensado en ellos. No sólo se refiere al vocabulario: el ritmo, el tono, la duración... todo cuenta. Los faros se entienden a la perfección con los navegantes porque comparten un lenguaje. Nosotros podemos establecer una conexión con la gente si, en lugar de utilizar nuestro propio lenguaje, nos adaptamos en cada caso a quienes nos escuchan.
- ... teniendo en cuenta que el mensaje que vale es el que capte la gente ... Una vez construido el mensaje, hay que trabajar su escenificación. No importa lo que nosotros tengamos intención de decir, sino lo que capte la gente. Y entre estos conceptos están nuestros sentimientos. Depende cómo nos sintamos así nos comunicaremos. Igual que no importa la forma en que la luz sale del faro sino cómo la recibe el navegante, nosotros tenemos que estar pendientes de lo que recibe la gente, independientemente de lo que creamos que les estamos diciendo.
- ... invitar en vez de intentar convencer ... Debemos invitar a la gente a compartir nuestro mensaje. Convencer a los demás no puede ser nuestro objetivo. Debemos contagiar entusiasmo y hacer que la gente se acerque. Tenemos que evitar las afirmaciones categóricas, el tono imperativo... Tenemos que comunicarnos con respeto mutuo, de tú a tú. Con aceptación de las discrepancias y ofreciendo siempre la libertad de compartir o no lo que estamos comunicando. Así como los faros invitan a acercase sin ningún tipo de coacción, tenemos que invitar a compartir nuestro mensaje sin arrastrar ni empujar a nadie.
Y todo ello, ¡tratando de provocar emociones! Debemos conseguir "tocar" a la gente. Llegar a su corazón. Olvidamos las cosas que sólo entendemos. Recordamos siempre las cosas que, además de entender, sentimos.
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